El mundo del espejo es un mundo extraño.
En él nos vemos a nosotros; vemos como se nos presenta una imagen, espejada, de la realidad. Vemos a través de su marco aquella realidad que deseamos escudriñar.
Es como algo mágico; miras en una dirección y allí está el mundo que esperas ver, invertido, como si los cepillos de dientes se apresuraran a actuar ante nuestra mirada, como si estuviesen allí sólo para nosotros, esperando satisfacernos. Pero, ¿somos nosotros la imagen reflejada, o somos sólo el reflejo que no quiere despertar?
Un saludo,
Morpheus
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