Escribo para tratar la metástasis de esa oscuridad que se aloja en mi pecho.
Dejo semillas de mi alma por el mundo preguntándome si tendrán más suerte creciendo lejos de mi erial.
Mi corazón echa el cierre por ver el viento desahuciar los palacios de ilusiones que construimos a orillas del Aqueronte.
Y tras tanta lucha llego a este club de vías truncadas al corazón que descarrila mi engaño universal, porque sólo así me desharé de mi demoníaca oscuridad.
Que darle cuerda al reloj sólo sirve para atarla más firmemente al cuello.
Que el crepitar de alacranes en el estómago ha degollado mi esperanza, y sólo me mantengo a flote en ríos de tinta y alcohol, mientras Caronte, paciente, espera que suba a su barca.
Un saludo,
Morpheus
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