Hace más de dos mil quinientos años, el señor de la envidia y la muerte, Guland, inició una guerra contra el resto de los dioses para hacerse con el control de la existencia. Para ello, Guland envió a sus huestes lideradas por su heraldo, Janus. Esta guerra duró mil años, y se la conoce como la Edad Oscura.
Al final de la guerra, Janus se refugió en un pequeño pueblo al pie de una montaña, Elonus. Sin embargo, el paladín de Odín, el dios que le estaba ganando la partida a Guland para devolver el equilibrio a la existencia, lo encontró y lo expulsó hacia la región de Artabo.
Cuando la guerra finalmente acabó y Janus fue encerrado, desactivando el poder de Guland, los dioses no pudieron pasar por alto la colaboración de Elonus. Los habitantes de Elonus suplicaron por sus vidas, sus tierras y su legado; estas suplicas fueron escuchadas por los dioses y, en vez de destruir la región, aplicaron otra medida.
Como castigo, los habitantes de Elonus tendrían que sufrir calamidades, a menos que entregasen el alma pura de una persona bondadosa, que deberá sufrir y absorber el mal que no sufra Elonus.
Los habitantes aceptaron el trato, y el primer héroe que se ofreció fue el escudero del señor de Elonus.
Sin embargo, era un trato envenenado.
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