04 octubre 2007

Sobre tradiciones antiguas y símbolos del pasado

Leo hoy en Público un interesante artículo titulado "A los varones se les levanta la pasión muy fácilmente" del cual me gustaría destacar lo siguiente (con el que estoy profundamente de acuerdo):
En un colegio de Girona, a una niña de siete años, cuyos padres ejercen el derecho (¿os suena?) a educar a sus hijos en los valores que les vengan en gana, se le intentó prohibir acudir a clase con el hiyab, por considerar que se trataba de un símbolo religioso.

[...]

Los padres de la niña de Girona quizá crean que Alá se lo pide. Pero sólo la escuela podrá salvarla, no su dios, impidiendo que crezca creyendo que la mujer es inferior al hombre, sin derecho a conducir un coche, a pasear sin un pariente varón a su lado, o que puede ser lapidada por cometer adulterio. No es una guerra de religiones, sino la del mundo medieval contra la civilización del siglo XXI.

Nada más que añadir.

Un saludo,
Morpheus

2 comentarios:

elHermitaño dijo...

Es un tema algo delicado, amigo Morpheus. Creo que hay tres perspectivas distintas al respecto:

La primera es la de los padres. Para ellos, su hija "debe" ser educada según las convenciones de su religión y de los propios padres. La segunda es la nuestra, que considera primitivas e irracionales, además de injustas y discriminatorias, esas mismas convenciones, las cuales deberían ser abolidas. Y, por último, está la opinión, si es que la tiene, de la propia muchacha. ¿Querrá ella llevar hiyab? ¿Querrá hacerlo por ella misma, para complacer a sus padres, o no querrá llevarlo porque es la sociedad la que le dice que no lo haga?.

Me parece que, partiendo de la idea de que no cabe acción que atente contra la integridad de ninguna persona (es decir, hacer daño físico o psicológico a alguien siguiendo nuestras propias voluntades), la última palabra debe tenerla la misma persona. El problema es que, tal vez, una niña no esté aún en disposición de elegir con propiedad.

Más adelante sí que deben los padres consultarle, deben pedirle (exigirle, incluso) que se forme su opinión y su determinación al respecto, y que elija libremente.

Y aunque la escuela eduque, siempre lo hará basándose en unos valores particulares, valores que quizá sean razonables y moralmente aceptables para nosotros, pero que no lo sean si se trata de otras culturas. Todos estamos de acuerdo en la libertad, en la igualdad y en el respeto, pero hay detalles que se nos pueden escapar, detalles que pueden hacernos ver como universales asunciones que no son más un producto de nuestra cultura.

Repito que, a mi juicio, es una cuestión compleja, pero gracias por el post, siempre viene bien debatir un poco... ;)

Saludos.

Morpheus dijo...

Estoy de acuerdo contigo.